Stephennie Meyer a colgado un capítulo extra de La Huesped. La película estará en cines el 29 de Marzo. Gracias al blog Mybooks por la traducción.
Estoy completamente sola.
Esta oscuro. No puedo recordar donde estoy, o porque estoy
aquí. Está mal que esté sola.¿Dónde esta Wanda? No puedo ver para buscarla. No
recuerdo como llamarla. Está silencioso. No puedo sentirla. No puedo sentir
nuestro cuerpo.
El pánico comienza mientras espero escuchar su voz. Para
oírla decir mí nombre. Para que me diga donde estamos. Para que abra mis ojos y
podamos ver. Necesito escuchar su voz.
Mí voz, en mi tono más suave, mi más suave inflexión.
Espere, pero no había nada. Solo la oscuridad y yo.
El pánico se hizo peor mientras intentaba recordar. ¿Me
habrá echado de nuevo? Eso paso una vez, lo sé, pero no lo recuerdo. No creo
que haya sido como esto, asustada en la oscuridad. En ese entonces no era nada.
No creo que Wanda pudiera hacer eso. Porque nos amamos la una a la otra.
Recuerdo que lo dijimos. Justo antes de algo. Trato de desenterrar mi memoria.
Estábamos diciendo que nos amábamos la una a la
otra...Estábamos diciendo...
Adiós.
Mi memoria volvió fuerte y clara, y al mismo tiempo el resto
de mí lo hizo también. Puedo sentir la cama debajo de mí, puedo sentir el sudor
correr, poniéndome la piel de gallina en la noche más fría. Puedo ver una luz
rojiza través de la membrana de los párpados. Puedo escuchar mi respiración.
Puedo escuchar una voz haciéndose cada vez más fuerte, como si alguien
estuviera apretando un botón de volumen.
La memoria es más fuerte que mis sentidos. La memoria es
agonía.
No pude detenerla. Ella murió por mí, y no había nada que
pudiera hacer. Es tan tarde, que puedo mover los músculos de mis dedos, tan
tarde que puedo curvar mis manos hasta hacerlas puños. Es demasiado tarde.
Wanda se ha ido. Ella me salvó, y yo no la salvé a ella.
No escucho a la cercana voz que se hace cada vez más fuerte.
No me importan, en este segundo, las manos que están suavizando mis puños.
Estoy escuchando la voz de Wanda en mi memoria.
Pensando sus últimos pensamientos. Ahora solo son ecos en mi
cabeza, de la misma manera en la que puedo recordar la voz de cualquier
persona. Ella no esta aquí.
Estoy tan asustada, decía ella.
Sentí su miedo de nuevo, recordándolo.
Dejé que se perdiera. Yo lo hice. Recuerdo su razonamiento.
Recuerdo como tomó la decisión de morir para dejarme vivir: Ella no podía vivir
a expensas de alguien a quien amaba.
Y ahora qué supone, que yo haga esto ¿Vivir a expensas de su
vida? ¿Cómo es que este es el final feliz? ¿Conmigo, cómo el monstruo que dejó
a su amiga, mi verdadera mejor amiga, morir por mí?
—¿Mel? Mel, te amo. Mel, vuelve. Mel, Mel, Mel.
Es la voz de Jared, tratando de llamarme de la misma manera
en que Wanda llamó a la anfitriona del sanador, en la misma manera en que ella
enseñó a Kyle a llamar a Jodi.
Puedo responderle. Puedo hablar ahora. Puedo sentir mi
lengua en mi boca, lista para moverse en cualquier forma que yo le pida. Siento
el aire en mis pulmones, listos para expulsar las palabras. Si es que quiero.
—Mel, te amo, te amo.
Éste es el regalo que Wanda me dio, pagado con su plateada
sangre. Jared y yo, juntos de nuevo como si ella nunca hubiera vivido. Como si
ella no nos hubiera salvado.
Si acepto éste regalo, me beneficio de su muerte. La maté de
nuevo. Tomo su sacrificio y lo convierto en asesinato.
—Mel, por favor? Abre tus ojos.
Siento su mano en mi cara, acunando mi mejilla. Siento sus
labios quemar en mi frente, pero no los quiero. No a este precio.
¿O sí?
¿Si hubiera querido salvar a Wanda lo suficiente, habría
pensado una manera? De la misma manera en que ella pensó una manera de salvar a
la vil Buscadora. Porque ella sí lo quería lo suficiente.
Quizás yo no...Quizás yo no quería salvar a la más sincera
amiga que he tenido jamás ... y es por eso que no encontré una manera.
Quizás asesinato es la palabra correcta.
Wanda lloró mientras se despedía. Mis ojos aun se sienten
toscos e hinchados. Nuevas lágrimas siguieron el camino que recorrieron las
anteriores y bajaron por mis sienes.
—¿Mel? ¡Doc, ven! ¡Creo que esta sintiendo dolor!
Doc aun sigue en el hospital. Lo escucho caminar deprisa
hacia mí.Mis ojos todavía están toscos. Espera. ¿Cuándo tiempo a pasado?
¿Algunas horas o solo algunos minutos? ¿Aun estoy a tiempo?
Mis ojos parpadearon abiertos, y la cara de Jared está
cerca, sus ojos están estampados en preocupación, sus labios preparándose para
hablar de nuevo. Él ve que estoy consiente de él, y cualquier cosa que
estuviera apunto de decir quedó perdida.
Le pegué muy fuerte en el pecho y él se balanceó hacia
atrás, no estaba preparado para eso.
Me senté en el espacio en el que él estaba, mi mirada
escudriñaba el cuarto, buscando alguna señal de ella. Un destello de plata, un
brillo de movimiento. ¿Está ella muriendo aquí en algún lugar cerca de mí? ¿Aun
estoy a tiempo de hacer algún cambio?
—¿Mel? —Jared preguntó de nuevo, agarrando mi muñeca derecha
y alcanzando la izquierda.
—¿Dónde está ella ? —Silbé, tratando de retirarlo mientras
me deslizo por el otro lado de la cama. No me siento mareada o desequilibrada
sobre mis pies. Tal vez no estuve fuera mucho tiempo.
Él me mira, sorprendido, sin soltar mi muñeca con el brazo
estirado a través de la cama. Solo miré sus ojos durante la mitad de un segundo
y entonces...
Estoy mirando frenéticamente alrededor de la cueva de Doc
otra vez, agradecida de que la brillante linterna halógena sigue ardiendo.
No veo la brillantes plata que desearía ver. No esta aquí.
Pero entonces mis ojos encontraron algo metálico. Una plata más apagada de lo
que quería. Una dura, plana, cuchilla de metal afilada.
Reconocí el gran cuchillo de caza de Jared extendido en la
cabecera de la cama, aun lado de mí, a muy poca distancia. Ese es el cuchillo
que Wanda clavó de nuestro brazo para salvar a Jamie. Éste es el cuchillo que
Jared lleva consigo solo cuando sale de las cuevas. Éste es un cuchillo que no
tiene ningún uso en el Hospital de Doc.
Las almas mutilada de mi memoria, en la memoria de Wanda, me
llena la cabeza, y grité en shock tan fuerte como lo hizo ella en ese entonces,
quizás más fuerte. Lo que les ocurrió a esas extrañas almas no es nada
sorprendente, a menos que fueras tan inocente como Wanda había sido. Para esto
no hay excusa. Esto es más insensato y cruel que cualquier cosa que haya
soñado.
¿Jared está loco? ¿Nunca nos creyó? ¿Sigue creyendo que
Wanda era una espía? ¿Aun ahora, cuando murió por nosotros? ¿Por él? ¿Estaba
jugando con ella hasta el final?
¿O pensaba que la estaba sacando de su sufrimiento? ¿Ella
estaba sufriendo por él?¿Retorciéndose en agonía mientras yo dormía? Un grito
ahogado encontró su camino por mi garganta y a través de mis labios.
Jared rodea la cabecera de la cama, sin liberar mi puño, y
trata de tirar de mí y me cobija en sus brazos.
—Mel, bebé, todo esta bien. Estas de vuelva.
Él tenía mi mano derecha, así que en lugar de golpear, lanzo
un revés con mi izquierda, alcanzando su cara en el pómulo. La fuerza del golpe
lastimó los huesos de mi mano.
Él aspiro una asombrosa cantidad de aire y salto hacia
atrás, soltando mi puño. Liberándome, seguí el primer golpe con un buen gancho
al mentón que hizo que su mandíbula girara a un lado mientras se agachaba.
Hace mucho tiempo le dije a Wanda que no creía que fuera
capaz de golpear a Jared, sin importar nada. Ahora todo lo que quiero es
golpearlo fuerte .
No hay protesta interna para mi furia de la manera que
esperaba, sin sentido innato de la injusticia, y esto solo me puso más furiosa.
—¿Cómo pudiste? —le grite mientras le volvía a golpear,
fallando esta vez ya que ahora estaba en guardia. -¿Qué esta mal contigo? ¿Cómo
pudiste matarla?
Recuerdo las almas que he visto, la Buscadora y el Sanador,
y solo los puedo ver desde la perspectiva de Wanda. Hermosas, frágiles, suaves
cintas de plata. Wanda debió haber sido así de hermosa. Y entonces pienso en
los plateados cuerpos mutilados...
Alguien —Doc— trata de agarrar mis brazos mientras me
abalanzo hacia Jared con los puños en alto. Lanzo de nuevo el codo. Sentí el
impacto y lo escuche jadear cuando le pegué, y sus manos desaparecieron.
—¡La han matado! —les grité a los dos, y luego haciendo eco
de Wanda. —Son unos monstruos,monstruos!
—Mel —gritó Jared—. ¡Escucha!
Arremetí contra él, y se apartó de mi camino, con las manos
como si quisiera refrenarme.
Consideré por un segundo dar la vuelta y tomar el cuchillo,
en ese momento alguna parte de mí cayo en cuenta de que estaba fuera de
control, pero no quiero ser racional. No con Wanda muerta —por mí—y yo todavía
respirando.
—Mel, por favor solo...
—¿Cómo pudiste hacer esto?¿Cómo?
Otro movimiento, otra falla, Jared es rápido.
Una enorme figura se alza abruptamente a mi lado. Por el
rabillo del ojo veo que la sombra estaba ocupando una cama. La cara vacante de
Jody, los ojos cerrados, rodeados por oscuros rulos. Hallegado justo al momento
de mi ataque. Y Kyle, con un brazo aun sostenía el tanque de Sol, a unos pasos
entre Jody y yo. Protegiendo el cuerpo de la mujer que amaba, y al alma que
hibernaba con la que inexplicablemente
había simpatizado. No hizo ningún movimiento hacia a mí de la manera en la que
esperaba.
Aún recuerdo la sensación de sus enormes manos hundiendo mi
rostro en el agua.
Hasta Kyle es capaz de aprender. ¿Cómo puede ser Jared más
estúpido y cruel que Kyle?
Automáticamente me arrastre de nuevo a un paso de Kyle, y
Jared se aprovechó de mi distracción.Tomó de nuevo mi puño y haló mi brazo
detrás de mí. Se notaba que esta siendo cuidadoso, que no quiere lastimarme.
Esto no es como la primera noche en que nos conocimos,
cuando ambos pensamos que el otro era un alien, donde estábamos preparados para
matarnos el uno al otro. Pero su forma de dominar trae recuerdos de aquella
primera noche. Y realmente ya no quiero hacerle más daño, pero estoy tan
enojada que no se si pueda evitarlo.
No puedo ser la persona que acepte la muerte de Wanda como
el precio a pagar por lo que quiero. No puedo serlo.
—Melanie —Kyle gruñe con su profunda voz. Suena molesto.
Estoy tan sorprendida de escucharle decir mi nombre que no le interrumpí.
—Cálmate —Ordenó—. Wanda esta bien. Está justo allá.
Quedé paralizada frente a él. Sentí que mi boca se abrió de
golpe.
Señala con un gesto al escritorio de Doc, donde hay tres
criotanques, en todos ellos brilla intensamente un rojo oscuro en la parte
superior. Dos están espaciados uniformemente en el centro de la forma en que
recuerdo, y hay otro apartado en el extremo izquierdo. Fijo la mirada en los
tres tanques, y luego la de brazo de Kyle. Cuatro. Dos Sanadores, Sol, y uno
más.
Wanda.
Me eché a llorar.
El alien que se ha convertido en mi hermana está viva. Está
aquí, y ahora que tengo control de mis manos, puedo asegurarme de que nunca
desaparezca. Asegurarme de que sobrevivirá a todo.
Jared toma mi mano y se acerca a abrazarme, pero lo sacudo y
me alejo de él, más allá de Doc, y me dirijo hacia Wanda. Coloco su tanque
entre mis brazos y lo sostengo cuidadosamente. Ella no sabe que yo soy ella,
pero algún día —algún día cercano— voy a hablarle de éste momento. Le diré que
yo no quería mi cuerpo de vuelta sabiendo que podía utilizarlo para protegerla.
—Mel —dice Jared desde detrás de mí. Ahora está más
vacilante; sus dedos solo presionan un poco mi brazo.
No voltee.
—Dame un minuto —Digo con voz ronca.
Él esperó en silencio, sus dedos se quedaron suaves contra
mi piel.
Tomé unas cuantas respiraciones profundas y trate de
enfrentarme a esta nueva realidad.
Wanda está a salvo, y voy a traerla de vuelta. Yo soy yo de
nuevo, lo que siempre quise. Jared esta aquí conmigo. Nuestra familia esta,
gracias a Wanda, intacta. Lo tengo todo. No hay nadie más en mi cabeza aparte
de mí.
Así que por supuesto me siento terriblemente sola. No se si
voy a ser capaz de dejar de llorar. Desearía poder escuchar a Wanda decirme que
todo está bien. Le prometí que sería feliz, pero no me siento feliz. Solo me
siento sola.
—Te extraño —le susurro al metal caliente en mis brazos.
Todo está silencioso por un minuto en la cueva de Doc. Puedo
sentirlos cernirse detrás de mí,inseguros.
—¿Qué paso? —pregunté sin darme vuelta.
—Llegue aquí a tiempo —responde Jared.
No entendí totalmente esto. —¿Doc? —Digo, y mi voz suena
forzada.—Le dí mi palabra... um, Melanie. Lo siento... yo realmente... no te
conozco.
Volteé para enfrentarlo mientras hablaba, él estaba un poco
sonrojado, y no podía tan siquiera mirarme a los ojos.
—No se que tan bien me conoces —continuó—, cuan involucrada
estabas en la amistad que mantenías con Wanda —se aclaró la garganta—. Pero
ella sabía lo mucho que —mi palabra—
significa para mí. Y creo que sé lo mucho que significaba para ella que yo
cumpliera mi promesa. Quería morir aquí.
Ahora me miró directo a los ojos.
—Ella estaba equivocada —dije entre dientes.
Doc coincide con mi mirada por un momento, luego suspira y
se encoge de hombros.
—Creo que estoy aliviado de que Jared me detuviera. Espero
que ella me perdone.
Mi risa esta un poco oxidada.
—Ella es buena perdonando a las personas.
Miro a Jared.
—¿La seguiste?
Él asiente con la cabeza.
—Me di cuenta de que algo estaba pasando. Me observó,
vacilante. Noto que esta tratando de decidir si ya le permitiré abrazarme. Aun
no estoy lista para eso. Miro el cuchillo y luego lo miro a él.
—Doc no quería las cosas a mi manera —Explica Jared, y el
doctor se frota una mano nerviosa sobre su garganta.
Levanté una ceja, impresionada, a pesar de mí misma
Jared parece sorprendido de que me sorprenda.
Y fue como el momento en que Jared se coló en la oscura
habitación de Jamie cuando estaba enfermo o como cuando el cloroformo con Doc,
y Wanda y yo supimos que había entendido que él creía, que él era quien necesitaba
que fuera. Él era mi Jared, y por supuesto él la salvo de la misma manera en la
que yo lo hubiera hecho en su lugar. Sé lo que Wanda hubiera dicho sobre esto
—sobre mi encontrando consuelo en la violencia— y casi me hace reír.
Jared nota que esta emoción llena mis ojos, suaviza mi
rostro, y da un pequeño paso hacia adelante y pone su brazo alrededor de mí —
alrededor de las dos—, ya que todavía estoy sosteniendo a Wanda. Esta vez, se
lo permití, hice más que permitírselo, — me recosté en él y sequé mis lágrimas
frotando mi cara contra su hombro.
— Gracias —susurré.
Jared besó la parte superior de mi cabeza.
Esta silencioso. Escucho el crujido de una cama, y supongo
que Kyle está acostado, para volverse adormir. Debe ser por eso que sonaba tan
molesto antes. Lo desperté. ¿A quien le importa todo este drama con Doc y Jared
y una nueva persona que nunca ha conocido, cuando se está perdiendo el sueño?
Quiero reírme de su ensimismamiento. No creo que voy a hacer la concesión por
Kyle que Wanda hizo. No soy tan indulgente.
Con mi cara aun presionando el hombro de Jared, de repente
me pregunto qué piensa Doc de esta reunión. Me lo imagino de pie torpemente
mirando a otro lado. O tal vez estoy equivocada y él está mirando, tratando de
asimilar en su cabeza lo que soy ahora. Wanda imaginaba la forma en que los
humanos reaccionarían a mí. Ella esperaba que yo fuera aceptada por ellos,
rodeada por ellos, de confianza y que celebrarían. Me pregunto si ella estaba
en lo cierto. Definitivamente puedo sentir un escalofrío ligero en Doc ahora,
pero tal vez esto se deba a Jared y el cuchillo, y no a mí en absoluto. O tal
vez tiene mucho que ver conmigo. Tal vez no les agrado mucho a los amigos de
Wanda. Las mejores personas de aquí, así los había apodado. ¿Alguno de ellos me
perdonará por tomar su lugar? ¿Por robar el cuerpo que consideran de ella?
¿Lo haría Jamie? Creo que sí. Él me ama. Yo lo sé. Pero,
¿cómo se sentirá cuando vea a Wanda en un tanque pequeño? ¿Estará feliz de mi
vuelta, cuando —para él— nunca me había ido realmente? Necesitamos un cuerpo.
Jamie estaría bien, cuando Wanda siendo ella misma le diga que todo está bien.
Pero Ian.
Ni siquiera quiero pensar en Ian. Él no me ama en la manera
que lo hace Jamie. No creo que incluso le agrade. Él en realidad podría
odiarme. ¿O lo hará cuando se despierte y sepa que ella se haya ido?
Le prometí a Wanda que trataría de hacerme cargo de Ian,
pero siento en mis huesos que él no permitirá eso. ¿Cómo puedo pedir disculpas
de forma significativa mientras estoy parada en este cuerpo y de Wanda en una
lata? Necesitamos un cuerpo rápidamente.
Hay otra razón por la que no quiero pensar en Ian. Recuerdo
estar besándolo, hace tan sólo unos minutos, probablemente, y recuerdo que se
sentía bien. Una parte de mí ya lo extraña.
Una parte de mí le quiere aquí. Me estremezco en los brazos
de Jared, y él me abraza más fuerte.
—Todo va a estar bien —Jared me promete .
Yo le creo. Aspiro el aroma de su piel y sé que aquí es
donde quiero estar.
Estoy demasiado cansada para pensar en Ian. Estoy demasiado
cansada para hacer otra cosa que apoyar la cabeza contra el brazo de Jared y
dejar que me abrace.
Esto va a ser confuso.
La gran voz de Kyle, demasiado alta hasta cuando esta
tratando de susurrar me está tirando a la conciencia. Estoy acostada. Me siento
desorientada, como la primera vez que me desperté.
¿Cuánto tiempo he estado durmiendo ahora.
—Mirame, Jodi. ¿Por favor, cariño? Necesito que abras los
ojos. Necesito que hagas esto por mí, Jodi. Por favor. Por favor. Aprieta mi
mano. Algo.
La voz de Kyle se rompe mientras mis ojos pestañean
abiertos. Las lonas están todavía en su lugar sobre las rejillas de
ventilación. Ocultando el sol por ser demasiado cegador. Es por la mañana, pero
la luz es de color amarillo y no naranja. Pasado el amanecer.
Supongo que no es de extrañar que durmiera tanto tiempo;
Wanda estuvo muchos días despierta en este cuerpo. Se fue deteriorando con el
tiempo. Pero este es un terrible tiempo para un día de descanso.
¿Ian estará despierto? ¿Estará buscándome?
Bueno no a mí. A Wanda.
Me senté muy rápido. Y mi cabeza gira mientras busco a
Wanda. Veo el tanque en el catre al lado mío.
—Está bien —Jared murmura con una voz suave, el tipo de voz
que utiliza con los enfermos y los niños asustados. —Ella está aquí. No se va a
ninguna parte.
Jared está apoyado en la cama en mi otro lado. Sonríe, las
comisuras de sus ojos arrugados.Todavía hay restos de precaución en sus ojos.
No está seguro de conocerme tan bien como lo hacia antes. No está seguro de
cuánto Wanda me ha cambiado.
Hay un moretón violeta formándose a través de su pómulo
derecho.
Borre el sueño de mi garganta y voz.—Lo siento. Y gracias.
Una vez más.
—Te amo —responde. La forma en que dice las palabras las
convierte en algo más que tranquilidad. Es casi un desafío.
—También te amo —le digo. Pongo los ojos en blanco.
—Obviamente.
Sonríe. Esto es todo lo que necesita. Me quitó del catre y
me puso en su pecho.
Lo abrazo de vuelta, pero se siente como hacer trampa. No
llego a disfrutar de nada. Hay demasiadas cosas que he ignorado mientras
dormía. Se quedan sobre mí como una sentencia de cárcel. Algo que debe ser
soportado antes de que todo lo demás pueda continuar.
—¿Qué? —Jared pregunta, sintiéndome endurecer mientras
pienso en lo que tengo que hacer. —Quiero entender por lo que estas pasando
ahora. Habla conmigo.
Él suena tan serio y decidido, determinado a ser un
terapeuta, si es lo que necesito.
—No es nada muy complicado —digo, y suspiro—. Ian.
Sus brazos se ponen rígidos por un segundo, y luego se
obliga a relajarse. Veo una duda en su rostro que nunca había estado allí
antes.
—Él tiene que saber. Mientras más tiempo espere para
decirle...
—Aún es temprano. Quizás aun no se ha despertado. Vamos a
buscarlo—. Acciones inmediatas, la especialidad de Jared.
—Primero necesito hablar con él a solas. Le tengo que
explicar.
Jared reflexiona un momento.
—No me gusta —dice por fin. Sus palabras son más lentas y
más deliberadas que de costumbre—.Va a estar enojado. Realmente enojado.
—Lo sé.
—Voy contigo.
—No. Eso le dolerá más. —Estoy segura de eso, y también de
que no tengo nada que temer físicamente de Ian. Yo lo conozco mejor que eso—. Y
no me sigas como seguiste a Wanda.
Esto es serio. Él sólo necesita escucharlo de mí primero.
Jared asiente con la cabeza una vez, seguro. La duda esta
ahí de nuevo. No creo que haya algo que pueda decir para que se calme. Las
palabras no son suficientes, sobre todo después de este largo año en el que las
palabras de otra persona salían de mi boca. Finalmente, Jared estará seguro de que
nada ha cambiado entre nosotros sólo porque Wanda estaba en mi cuerpo cuando se
enamoró de Ian. Tiempo y acción, esas son las cosas que lo convencerán.
Y a mí. Tome su cara entre mis manos y lo beso primero
apasionadamente, y luego una segunda vez ligeramente, rozando mis labios en su
moretón.
Sin embargo, la sensación de la sentencia de cárcel es
demasiado fuerte para mí de soportar.
Tengo que acabar con esto antes de que realmente pueda
dejarme sentirlo aquí conmigo. No puedo estar feliz con esto sobre mí. El
placer esta interrumpido por el punto donde hay dolor.
Jared me aprieta el brazo mientras me alejo de él. Paso por
delante de Doc, que está roncando tranquilamente en la última cama. Me dirijo
afuera por el largo túnel del sur e inmediatamente soy golpeada por una fuerte
sensación de sub-realidad. Nunca pensé que haría esto de nuevo, caminar a
través de ésta oscuridad. La última vez había sentido que era la última.
Racionalmente, no podía ignorar que el punto era despertarme, salir dela cama,
y caminar de nuevo por las cuevas. Pero ahora se siente imposible, extraño y
malo.
El túnel es largo otra vez y un poco aterrador, de la forma
en la que no hubiera sido si no fuera por Wanda durante mucho tiempo.
Mientras camino lentamente, mi mente comienza a planear que
le voy a decir a Ian. ¿Aun seguirá dormido? ¿Tendré que llamar? No puedo
recordar si Wanda colocó la puerta en su lugar cuando se fue. Me lo imagino,
sus extremidades arrojadas por el colchón como siempre duerme, su pelo negro
despeinado en mechones salvajes, sus pálidos párpados cerrados. Es más fácil
imaginarlo con los ojos cerrados. Tengo miedo de ver sus brillantes ojos
azules, porque sé cómo se verá el dolor en ellos. El dolor y la ira, y todas
las acusaciones que absolutamente me merezco.
Empiezo a caminar más rápido, casi corriendo. Quiero
encontrarlo antes de que despierte. Quiero tener unos segundos para ver su cara
antes de que él abra los ojos y comience a odiarme.
Estoy corriendo cuando cruzo la esquina de la plaza
brillante. Seria mi primera vez en esta sala y también mi milésima. Estoy
pensando en esto en el momento en el que tropiezo con Ian. Él me coge el brazo
de forma automática, para no dejarme caer hacia atrás. Mira hacia abajo y me
sonríe.
La expresión se congela en su rostro. Sus manos sueltan mis
brazos como si acabara de recibir un choque eléctrico. Aunque sé que luzco
exactamente como Wanda —sin luz directa, mis ojos no me delatan— está claro que
él sabe. Lo supo en el segundo en el que me tocó, y la información justo llegó
a su cerebro después de que había empezado esa sonrisa.
Da un paso lejos de mí, casi sigue sonriendo, aunque no hay
humor en su expresión. Es como la sonrisa de un cadáver.
Nos miramos el uno al otro.
No puedo decir cuánto tiempo estuvimos así. Su sonrisa se
hace más y más dolorosa a cada segundo, hasta que ya no puedo soportarlo.
Finalmente hablo, balbuceando las primeras palabras que me pude imaginar.
—Ella está bien. Ella está en un tanque. Vamos a conseguir
un cuerpo. Ella estará bien. Bien. Ella está bien —Al final, mi voz era muy
baja. Apenas más que un susurro.
Mientras hablo, su cara se relaja. Más o menos. La sonrisa
se disuelve con fuerza, la comisura de su boca baja. Sus congelados ojos azules
se descongelaron. Pero su rostro estaba tenso. Las líneas en los bordes de sus
ojos. Negras cejas alineadas en un largo bloque.
Él no contestó. Nos miramos el uno al otro de nuevo. Pero no
de la forma inmóvil y helada de antes. Mis brazos dolieron intentando llegar a
él. Intentando alguna expresión física para dar consuelo. Medio los levanté,
pero los dejé caer de nuevo. Mis manos se contrajeron hacia él. Y las convertí
en puños.
Él se está moviendo casi la misma manera. Se inclina hacia
mí un poco, y luego retrocede sutilmente. Lo hace tres veces más hasta que nos
miramos el uno al otro. Esperé por sus acusaciones: La has hecho sufrir por mí.
Fuiste mezquina. Conocías sus puntos débiles y los utilizaste. Dejaste que se
sacrificara. Ella es cien veces la persona que tú eres.
Todo esto es cierto. No voy a discutir con él. Me declaro
culpable.
Él no dice nada.
¿Es ésta contención por su bien, porque él sabe que ella no
lo aprobaría? ¿O solo está siendo educado, de la manera que lo eres con un extraño?
Todavía no habla, y me pongo a pensar si él simplemente no puede. Si no hay
palabras para el dolor que es fácil de leer, ahora, en sus ojos.
—¿Quieres... ir a verla? —Le ofrecí. No contesta, pero el
dolor en sus ojos cambió un poco. Se convirtió en... desconcierto. Su mano sube
un poco, luego cae.
—Ella está con Doc —murmuré. Me dirijo a mitad de camino,
hacia el túnel del sur.
Doy un paso hacia los lados, dirigente. Él sigue con un
movimiento brusco.
Caminando lentamente, aún de lado, me muevo en la oscuridad.
Él me sigue, su paso se vuelve cada vez más seguro. Una vez que estamos en la
oscuridad, me dirijo a mirar hacia adelante. Sigo mi pisada con la luz,
escuchando para asegurarme de que aun está conmigo. Sus pasos suenan más
fuertes. Él empieza a acelerarse. Después de unos momentos, soy yo la que lo
sigue. En la oscuridad es más fácil. Al igual que cuando sus ojos están
cerrados. Caminamos en silencio, pero se siente más cómodo. Yo era invisible para
él antes, pero yo siempre estuve allí, caminando a su lado. Se siente igual
ahora que vuelvo a ser invisible.
—No la pude detener —dije después de casi un kilómetro.
Me sorprende que —después de una breve vacilación—
contestara.
—¿Querías hacerlo?
Su voz es ronca, como si no se hubiera podido arriesgar a
hablar antes por lo que eso le habría hecho a su auto control, y por eso estoy
aun más agradecida de no poder verlo.
—Sí.
Caminamos más lento, sin hablar por un tiempo. Me pregunto
como es para él el oír mi voz. Él suena como mi amigo, pero yo debo sonar como
algo muy diferente para él.
—¿Por qué? —Me pregunta finalmente.
—Porque ella...es mi amiga.
Su voz sonó diferente cuando hablo esta vez. Más tranquila.
—Me preguntaba sobre eso.
No dije nada, esperando que se explicara. Después de un
minuto, lo hace.
—Me preguntaba si había alguien que realmente la hubiera
conocido y que no pudiera amarla. Tú conocías cada uno de sus pensamientos.
—Sí —Respondo a una pregunta que él no hizo—. Yo la amo.
Duda, y pregunta:
—Pero debes haber querido tu cuerpo de vuelta.
—No, si eso significaba perder Wanda.
Digiere esto por un momento. Las suelas de sus zapatos
golpean más duro contra el suelo de piedra, y tengo que moverme más rápido para
poder mantener su paso.
—Ella no dejará este planeta —gruñe.
Ese otro plan —aquel que nunca fue más que una fabricación
en nuestra cabeza— está tan lejos d emis pensamientos que me tardo un segundo
en comprender.
—Esa nunca fue su intención —digo, lo que significa que
estaba de acuerdo con él.
No dice nada, pero su silencio es una pregunta. Camina más
lento de nuevo.
Trato de explicar. —Ella estaba planeando esa parte, de
manera que ninguno de ustedes discutieran con ella. Quería quedarse aquí...
Ella planeó, bueno, ser enterrada aquí. Con Walter y Wes.
Su silencio fue más pesado esta vez. Se detuvo por completo.
Me apresuré a explicar— Pero ella está bien, como dije. Doc
la puso en un tanque. Le conseguiremos un cuerpo. Pronto. La primera cosa.
Pero él no está escuchando. —¿Cómo pudo pensar en hacerme
eso? —silbó con furia.
—No —digo en voz baja—. No fue así. Ella sentía que te hacía
más daño quedándose aquí... en este cuerpo.
—Eso es ridículo. ¿Cómo iba a querer morir antes que irse?
—A ella le encanta estar aquí —digo en voz baja—. No quiere
vivir en otro sitio.
Ian estaba muy enfadado —enojado con Wanda, que es lo que
más me ofende. Sus palabras son agudas. —Nunca pensé en ella como un desertor.
—Ella no lo es —me callé e inmediatamente me sentí culpable.
No tengo derecho a enojarme con Ian. Así que hablé despacio, midiendo mis
palabras, tratando de hacerle ver—. Wanda... Ella cree que está cansada de ser
un parásito, pero creo que estaba simplemente cansada. Estaba agotada, Ian. Más
de lo que dejó que nadie viera. La pérdida de Wes... fue mucho para ella. Se
culpa...
—Pero ella no tenía nada que ver con...
—¡Trata de decirle eso a ella! —me doy cuenta que le grité
de nuevo, y tomé una respiración profunda—. Entonces, tener que hacer frente a
la Buscadora. Fue más duro de lo que piensas. Pero más que nada de eso,
amarte... mientras amaba a Jared. Amar a Jamie y pensar que me necesitaba más a
mí. Amarme. Sentir que nos estaba perjudicando a todos con sólo respirar. No
creo que puedas entender lo que era para ella, porque eres un ser humano. No te
puedes imaginar cómo...ella... —No puedo encontrar las palabras adecuadas, y de
repente mi garganta se siente hinchada.
—Creo que sé lo que quieres decir —Su voz es más suave
ahora. Su antagonismo se ha ido. Ian no es de aferrarse a la ira.
—Así que realmente necesitaba un descanso, pero lo tuvo
todo, todo lo melodramático al respecto.Y pensé que no podía salvarla —Mi voz
se quiebra. Tuve que tomar una respiración profunda—. Yo no sabía que Jared nos
seguía.
Cuando dije el nombre de Jared, oigo el más mínimo susurro
de un sonido en la oscuridad. Casi como... sordo, un paso tartamudo. Y me doy
cuenta de que, al igual que con Wanda, Jared no se iba a sentar en una cama a
juguetear con sus pulgares mientras camino hacia una situación potencialmente
peligrosa. No es que esto sea peligroso en absoluto, pero Jared no conoce a Ian
como yo. Y, para ser justos, si la situación se invirtiera de alguna manera,
probablemente yo habría hecho lo mismo. Y como si hubiera sido de forma
inesperada, dijo algo acerca de mí tras él, podría haber tropezado, también.
Puse los ojos en blanco en la oscuridad.
Ian no se da cuenta. Suspira.
—Jared tuvo éxito, pero me lo perdí.
—Jared es sólo excesivamente prudente. Siempre. Él va por el
borde. Muy, muy por el borde —eso fue para él. Para que supiera que había sido
descubierto.
—Pero él tenía razón —dijo Ian.
—Sí —Y dejé escapar un suspiro de alivio, pensando en lo
cerca que una cosa era—. La paranoia viene muy bien a veces.
Caminamos en silencio durante unos minutos. Trato de
escuchar a Jared, pero está ahora sigiloso, totalmente insonorizadas.
—¿Crees que se enojará con nosotros cuando se despierte?
—Ian pregunta.
Yo bufé.
—¿Wanda, enojada? Por favor.
—¿Infeliz, entonces? — preguntó con más tranquilidad.
—Ella estará bien —le aseguro, porque yo sé que no será
capaz de evitar ser feliz sabiendo que es lo que todos queremos. Simplemente es
la manera en la que esta construida. Pero no me siento mal por tomar ventaja de
su naturaleza, porque yo también sé que esto es lo que realmente quiere, antes
que todos los autos sacrificios. Si ella fuera un 20% más egoísta.
—Lo que dijiste antes, acerca de ella amándote a ti, y a
Jamie, y a Jared... y a mí.
—¿Sí?
—¿Crees que realmente me ama o solo responde al hecho de que
yo la amo, Queriendo hacerme feliz?
Él la entiende. La conoce mejor que nadie, además de mí.
Vacilo.
—Sólo estoy preguntando porque no quiero ser una... una
carga cuando se despierte —Espera un momento por mi respuesta, y como no dije
nada, continúo—. No te preocupes por herir mis sentimientos. Quiero la verdad.
—No son tus sentimientos los que me preocupa. Sólo estoy
tratando de pensar en la forma correcta de describirlo. No he estado... del
todo humana durante el último año, así que lo entendí, pero no estoy segura de
tu lo hagas.
—Ponme a prueba.
—Es fuerte, Ian. La manera en la que ella siente por ti es
otra cosa. A ella le encanta este mundo, pero gran parte de la razón por la que
ella no podía irse eras realmente tú. Ella piensa en ti como su ancla. Tú le
diste una razón para quedarse finalmente en un lugar tras una vida errante.
Tomó una respiración profunda. Cuando habló, oí la paz en su
voz.
—Entonces está bien.
—Sí.
Una pausa, y entonces él dice: —No te apures.
—¿Qué?
Estamos doblando la esquina hacia la luz del hospital de
Doc. Puedo sentir una picazón en la palma de mi mano por tocar el tanque de
nuevo. Para asegurarme.
—Cuando vallas a buscar su cuerpo. Tómate tu tiempo.
Asegúrate de encontrar un cuerpo en el quesea feliz. Yo puedo esperar.
Levanto la vista hacia él. Puedo ver su expresión ahora. Su
rostro estaba en calma.
—¿No quieres venir con nosotros? —Le pregunto, sobresaltada.
Me doy cuenta de lo que imaginaba como parte del próximo paso. Lo imaginaba a
él en un lado, Jared, al otro, de la forma en que estábamos en nuestra última
incursión.
Sacude la cabeza mientras caminamos hasta el agujero
brillante que es la entrada al hospital.
—Realmente no me preocupa esa parte. Tú sabes lo que ella
necesita. Y prefiero estar aquí con ella.
Una parte de mí está herida porque no quiere venir conmigo,
porque va a estar aquí con Wanda, pero no estoy segura si estoy celosa de él o
de ella.
Salimos a la luz, y ahí esta Jared, la imagen de la
curiosidad inocente, apoyado en la cama donde está el tanque de Wanda. Ian
camina directo hacia ella. Jared se quita cuidadosamente de su camino. En las
sombras, Kyle mira con los ojos hundidos. Doc esta dormido.
Ian levanta el tanque con increíble cuidado. Le oigo
exhalar. Con alivio. Con tristeza. Con esperanza.
—Gracias —dice en dirección a Jared, pero no quita los ojos
del tanque.
—Estoy en deuda con ella —responde Jared.
Entonces Jared me mira, una ceja levantada. Una pregunta.
Tomo una respiración profunda y camino hacia el. Sí, le
respondo con mi sonrisa. Sí, me permito ser feliz ahora. Sí, te amo, también.
Sí.
Puse un brazo alrededor de su cintura, pero mi otra mano
tomó otro rumbo. Mis dedos se enlazaron a través del metal caliente en los
brazos de Ian.
Me siento fuerte otra vez. Todo saldrá bien.
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